sábado, 19 de junio de 2021

CAPÍTULO 71 QUE SE OBEDEZCAN LOS UNOS A LOS OTROS

 

CAPÍTULO  71

QUE SE OBEDEZCAN LOS  UNOS A LOS  OTROS

El bien de la obediencia no sólo han de prestarlo todos a la persona del abad, porque también han de obedecerse los hermanos unos a otros, 2 seguros de que por este camino de la obediencia llegarán a Dios. 3 Tienen preferencia los mandatos del abad o de los prepósitos por él constituidos, mandatos a los cuales no permitimos que se antepongan otras órdenes particulares; 4 por lo demás, obedezcan todos los inferiores a los mayores con toda caridad y empeño. 5 Si alguno es un porfiador, sea castigado. 6 Cuando un hermano es reprendido de la manera que sea por el abad o por cualquiera de sus mayores por una razón cualquiera, aun mínima, 7 o advierte que el ánimo de alguno de ellos está ligeramente irritado contra él o desazonado aunque sea levemente, 8 al instante y sin demora irá a postrarse a sus pies y permanecerá echado en tierra ante él dándole satisfacción, hasta que con una palabra de bendición le demuestre que a se ha pasado su enojo. 9 Y, si alguien se niega a hacerlo, será sometido a un castigo corporal; si se muestra contumaz, será expulsado del monasterio.

Este bien de la obediencia es vertical y horizontal. San Benito nos invita a practicarlo obedeciendo al abad y a los decanos, pero también a los hermanos, en una obediencia mutua. Se trata de priorizar aquellos mandamientos que hacen referencia a la comunidad, sabiendo que de esta forma obedecemos al Señor.

La misma estructura y contenido de este capítulo no es fácil, pues san Benito nos habla de rebeldes, de castigos y correcciones, dar satisfacción e incluso de expulsión.

Escribía Jean Leclercq que el hombre perfecto está de tal manera identificado con Dios que no desea otra cosa que hacer su voluntad, y que de esta forma la voluntad propia llega a estar de manera natural tan inclinada a desear hacer la voluntad del Señor que se fusionan en una sola.

La obediencia no es por si misma una cosa buena, pues podemos optar por obedecer a Dios, pero podemos optar por obedecer la propia voluntad, nuestro capricho, e incluso al mundo o al diablo. La obediencia es tan solo un instrumento de perfección en tanto que se une a la voluntad de Dios. De aquí que san Benito no habla de la obediencia a una persona sino de una obediencia según la Regla.

Tenemos un primer ejemplo claro, que aparece cada día en nuestra jornada. Cuando sentimos la campana que nos invita a levantarnos, a acudir a la plegaria, o a empezar o acabar el trabajo, obedecemos, o deberíamos de obedecer, levantarnos, acudir al Oficio  Divino, o comenzar o acabar nuestra tarea, lo cual es un claro ejemplo de poner por encima de todo la voluntad de Dios sobre la nuestra. Pues siempre tenemos la tentación de seguir con lo nuestro: durmiendo, acabar el trabajo…

A menudo esta obediencia no nos exige grandes gestas, sino pequeños gestos que van conformando nuestra voluntad con la del Señor. Siempre nos puede asaltar la tentación de pensar que ni las órdenes del superior, ni de los decanos, ni menos las de nuestros hermanos son reflejo de la voluntad de Dios. Pero no se trata de una lucha entre voluntades personales, sino de la imposición de la voluntad de Dios sobre la nuestra. personal.

Escribe el Prior de la Gran Cartuja, Dysmas de Lassus, que la obediencia es la piedra clave de la vida religiosa, y esto queda claro en el voto de obediencia que no debe ser una escenificación sin sentido, una simple formalidad, sino el reconocimiento implícito que la obediencia es a Dios. Solamente a Él debemos una obediencia total, tanto de nuestra voluntad como de nuestra inteligencia, porque solo Él es la bondad y la verdad absoluta.

Toda obediencia a un hombre está limitada por esta premisa, y sin ésta el concepto de obediencia pierde su sentido. Escribe Dysmas que la sumisión de la voluntad que implica la obediencia se refiere siempre a una acción y nunca al pensamiento.

Nos da un ejemplo muy claro: imaginemos que un superior manda a un monje retirar unas sillas, porque cree que va a llover, el monje retira las sillas en virtud de la obediencia, pero eso no implica que esto le lleve a creer necesariamente que mañana lloverá….

Una anécdota, evidente, pero que nos muestra que el voto de obediencia hace referencia a nuestra voluntad y no a la inteligencia. Porque, en definitiva, todos estamos comprometidos en la obediencia a los mandamientos de la ley de Dios y de la Iglesia, reflejados en su Magisterio.

La obediencia de los unos a los otros es la obediencia en las pequeñas cosas de cada día: trabajo, oratorio, refectorio… No existe un hermano al servicio de otro, sino todos estamos al servicio de todos. Esto a veces nos cuesta, entenderlo y vivirlo: reclamar algo del servidor de mesa… reclamando la máxima diligencia o haciendo acepción de personas. Detalles que ponen de relieve el nivel de nuestra vida espiritual.

San Benito antes estas faltas, nos dice, es preciso estar atentos a que el ánimo del otro no esté irritado o disgustado. Entonces, necesitamos dar “satisfacción”. Esta expresión parece ya un poco abandonada en nuestro vocabulario monástico, en desuso como un resto arqueológico. Ciertamente, hemos abandonado gestos habituales que tenían su importancia. Pero haber abandonado una cierta ritualidad no debe implicar perder la noción de que con nuestra actitud, con nuestros gestos y nuestras palabras, podemos irritar, disgustar, enojar a otros. Y si, encima, lo hacemos conscientemente, perdemos nuestro horizonte de monjes buscadores de Dios, y nos creemos por encima de nuestros hermanos, y estamos contra el espíritu de la Regla. Por esto san Benito habla de castigo y expulsión, pues el menosprecio de un hermano es un menosprecio del mismo Cristo.

Como nos enseña san Cipriano: “la voluntad de Dios es la que Cristo va cumplir y nos enseñó: la humildad en el comportamiento, la firmeza en la fe, el respeto en las palabras, la rectitud en el obrar, la misericordia en las obras, no hacer ningún agravio a los demás, conservar la paz con nuestros hermanos” (Trat. Sobre la Oración del Señor)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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